martes, 15 de octubre de 2013

Tierra del Fuego, industria electronica



Domingo 06 de junio de 2010 | Publicado en edición impresa
La electrónica enciende Tierra del Fuego
El impuesto a la tecnología de fuera de la isla atrajo inversiones por $ 400 millones, pero las nuevas líneas de producción arrancan de a poco
Por Carlos Manzoni  | LA NACION
RIO GRANDE y USHUAIA, Tierra del Fuego.- El entrerriano Jorge Giménez recuerda el frío y el viento que lo esperaban en Río Grande hace seis inviernos. Toma un sorbo de café y le dice a su compañero: "Tenés que esperar, ya te van a llamar". En la otra punta de la mesa, Mauricio Lanaro apura un alfajor casero y asiente: "Y, sí. Por lo que dicen, va a empezar a haber trabajo". El diálogo es una metáfora de lo que ocurre en esta isla hoy, donde la sanción de la ley de electrónicos alimentó la expectativa de una gran reactivación.
El obrero que arma equipos de aire acondicionados en la planta de Mirgor y el joven desempleado que se sumó a los miles que dejan un currículum cada día en las fábricas confían, como la mayoría por aquí, en que el aumento de impuestos a la importación de electrónicos, la promoción industrial que favorece a la provincia y las inversiones que las principales marcas ya han desembolsado traerán beneficios. Pero todos coinciden: la explosión aún no se ve, ni en las industrias ni en las calles. Hay que esperar.
La política de sustitución de importaciones que ensaya el Gobierno aún transita por una etapa incipiente. Según precisó la ministra de Industria, Débora Giorgi, ya se invirtieron $ 400 millones, que incluyen proyectos productivos de Newsan, Brightstar, Mirgor (con la que Nokia se asoció), BGH, Radio Victoria, Fapesa (Philips) y Carrier, todas empresas con licencias de marcas internacionales.
Estos millones deberían vigorizar al segundo empleador de la isla (el primero es el Estado), que tuvo su apogeo en los 80 y del que dependen 16.000 empleos, entre directos e indirectos. La provincia tiene 145.000 habitantes. A su vez, el impacto debería derramarse en toda la sociedad. Un recorrido por Río Grande y por la más turística Ushuaia muestran que eso aún está por venir.
Apoyado en la barra del céntrico bar Epa!, Javier Galarraga describe el panorama. "Acá no se ve que se consuma más. Hay que ver qué pasa con las fábricas, que parece que van a tomar más gente, por toda esta movida de la ley de electrónicos", dice este joven barman. "El impacto no se ve en las ventas", responde Sergio Andrada, encargado de seguridad en un shopping de la capital provincial.
Alejandro Mayoral, presidente de la Asociación de Fábricas de Electrónica (Afarte), defiende la nueva ley 26.539, la del impuesto, y destaca que ya están ocupadas las 1200 personas que en 2009 no tenían trabajo y que, poco a poco, se incorporarán 3000 más. "Al amparo de la ley, ya se empezaron a fabricar en mayor escala celulares y se reactivaron otras líneas, como las de audio, que se habían desactivado porque no eran rentables."
Son las nueve de la mañana, y Jorge Méndez recorre una de las dos plantas de 15.000 metros cuadrados en las que BGH invirtió $ 30 millones para adecuar su infraestructura a, lo que se espera, será un boom. Las vedettes del momento son los teléfonos celulares. "Se pretende abastecer con producción local el 60% de un mercado interno de diez millones de aparatos", dice Méndez, gerente de planta, con 30 años en la isla.
Desde las seis, trabajan aquí 700 empleados, con un sueldo mínimo que, al igual que en las otras firmas, es de $ 6000. El santafecino Carlos Fabroni, de 30 años, es uno de ellos. "Los sueldos en la isla son altos", cuenta el obrero, que hace diez años buscó futuro en el Sur. Algunos operarios redondean los $ 8000 "en la mano", y los gerentes, entre 20.000 y 25.000.
El desfile de pantallas, tubos, armazones de diversos electrodomésticos y placas (el corazón de cada electrónico) que se ve en las líneas de producción de BGH es idéntico en las cuatro plantas que Newsan (fabricante de Philco y Sanyo, entre otros) tiene en Ushuaia. El gerente Matías Mengolini muestra nuevas instalaciones y máquinas costosas. "Nos preparamos para una gran demanda de celulares, pero por ahora sólo tenemos una línea de 28 personas fabricando los primeros modelos", cuenta.
Miércoles 07 de agosto de 2013 | Publicado en edición impresa
Desequilibrio
Tierra del Fuego: crece el empleo, pero no la fabricación local
Las empresas ensambladoras reconocen que son importadoras
Por José Hidalgo Pallares  | LA NACION

RÍO GRANDE.- "El ensamblaje es una manera de producción." La frase de Hugo Bonifacini, gerente de Relaciones Institucionales de Brightstar Fuegina, podría haber sido dicha por los voceros de cualquiera de las empresas de electrónica de Tierra del Fuego. La Asociación de Fábricas Argentinas de Terminales de Electrónica (Afarte), que agrupa a esas empresas, invitó a medios de prensa, entre ellos a LA NACION, a conocer los procesos productivos locales de bienes como celulares, computadoras, televisores y aires acondicionados que, en su mayor parte, se refieren al ensamblaje -con una alta ocupación de mano de obra- de componentes importados, pero que desde el Gobierno insisten en llamar "industria nacional".
Según Alejandro Mayoral, presidente de Afarte, está instalada en Tierra del Fuego una treintena de plantas de electrónica de consumo. Esas unidades, que pertenecen a empresas como Newsan, BGH, Brightstar, Grupo Mirgor o Philips, están exentas del pago de IVA, Ganancias y derechos de importación a los componentes traídos del exterior, gracias al régimen de promoción industrial que se inició en 1972, con la ley 19.640, y que se fortaleció en 2009, con la ley 26.539, cuando se aumentaron el IVA y los aranceles a los bienes importados que les hacen competencia. Los economistas Lucio Castro y Eduardo Levy Yeyati estimaron que en 2012 el costo fiscal del régimen fueguino rondó los 5600 millones de pesos.
Los bienes que se producen en mayor cantidad son los celulares. En 2012, según datos de Afarte, en las plantas de Tierra del Fuego se fabricaron casi 14 millones de aparatos, 2,5 millones más que un año antes. Para gozar de los beneficios fiscales del régimen, esos equipos tienen que cumplir con una serie de pasos de armado, verificación y embalaje. Estas exigencias hacen que el proceso de "fabricación" sea intensivo en mano de obra. En las líneas de montaje de las distintas marcas de celulares que se fabrican en la isla (Samsung, Nokia, Blackberry, Motorola, ente otras) no se ven robots que arman los equipos, sino operarios, principalmente mujeres, a cargo de ensamblar las 60 piezas en las que puede venir desarmado un teléfono. La normativa exige que las cajas, las etiquetas, las bolsas y los manuales de uso de los equipos sean producidos en el país. Por el contrario, según explicó Bonifacini, no hay exigencia de componentes locales para el equipo en sí. En las plantas aseguran que se están tratando de desarrollar proveedores locales, pero los productos nacionales aún no alcanzan la calidad exigida. Mencionaron también que, por cuestiones de escala, muchos componentes se fabrican en pocos lugares.
"El valor agregado local es la mano de obra", dijo Bonifacini. Según Afarte, en 2009 las plantas de Tierra del Fuego daban trabajo a 3513 personas y el año pasado a 10.965. Uno de los argumentos de Mayoral para defender el régimen de promoción industrial es, justamente, que la generación de puestos de trabajo en la isla ayuda a ratificar la soberanía de un territorio que de otro modo permanecería casi desocupado.
Los ejecutivos también destacan la inversión que se requiere para montar una planta. Una línea de ensamblaje de celulares, por ejemplo, cuesta alrededor de 800.000 dólares. Algunas empresas, como BGH, Philips o Mirgor, tienen máquinas para la inserción automática de chips en las placas que se utilizan en los distintos bienes finales. Cada una de esas máquinas cuesta 1,5 millones de dólares. Sin embargo, tanto la máquina como las placas y los chips son importados. Unos pocos procesos incluyen una verdadera transformación de materia prima, como la fabricación en Mirgor de carcasas plásticas para aires acondicionados de autos.
Mayoral reconoció que importar los equipos desarmados no implica un ahorro de divisas para el país. En ese contexto, los empresas asociadas con Afarte formaron un fideicomiso para desarrollar nuevos proyectos de exportación. Parece difícil que lo que se exporte sean bienes electrónicos, ya que los costos logísticos y salariales hacen que los productos locales no puedan competir con los de otros países..
http://www.lanacion.com.ar/1608216-tierra-del-fuego-crece-el-empleo-pero-no-la-fabricacion-local
Como producen una notebook en newsan
http://www.youtube.com/watch?v=HPnCIYP1mek

Conclusión: El desarrollo de la industria  electronica favorecido por exenciones de impuestos nacionales permiten la creacion de numerosos puestos laborales y la instalacion de mas de 30 empresas de inversion extranjera, que se benefician con la mencionada exencion. 
A su vez estos puestos laborales permiten el crecimiento demografico del lugar ejerciendo soberania en el mismo, hoy son mas de 145.000 hab.
Los desechos electronicos no tratados generan contaminacion ambiental, en un lugar cuya naturaleza autoctona es notoria.

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